Rezos al Arcángel San Miguel

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San Miguel Arcángel

El culto y adoración de los cristianos por el Arcángel Miguel coincide frecuentemente con el de la Virgen María. Ambos son símbolos de la lucha contra el mal, ambos son protectores y guardianes de la humanidad, ambos combaten al diablo, lo pisotean y lo mandan al infierno.

Las oraciones al Arcángel Miguel son sobre todo oraciones de protección y asistencia

El príncipe de la milicia celestial lo utiliza tanto para las necesidades cotidianas como para la preparación del Día del Juicio. Se le invoca como guía, guardián y fuente de protección y asistencia frente al mal. Las invocaciones al Arcángel Miguel son una verdadera arma de fe que se pone a prueba cada día, mucho más que las peticiones a otros santos. Y, dada la imaginería en la que se representa a este magnífico e implacable arcángel, ¿cómo podría ser de otro modo? Desde el inicio del culto, se han dedicado al Arcángel Miguel invocaciones, consagraciones y coronas celestiales. Por eso los católicos piden su protección y le rezan por versículos de obediencia y misericordia, para poder recibir de él el escudo que protege de todo mal.

Una oración en particular merece especial atención. Fue escrita por el Papa León XIII en octubre de 1884, tras una aterradora visión en la que el diablo amenazaba con destruir la Iglesia y Miguel la protegía. Esta oración fue añadida al exorcismo más potente, el Exorcismo in Satanam et Angelos Apostaticos, por León XIII, que decretó que debía recitarse al final de cada misa. Este exorcismo tiene una profecía que nos afecta directamente. Esto es notable, dado que la profecía data del siglo XIX y se refiere a eventos que ocurrirán en un futuro cercano. Según esta profecía, Lucifer y sus seguidores tomarán el control del papado, pero no podrán destruir la iglesia. Aunque no es tan poderosa como un exorcismo en el caso de una posesión visible, la oración compuesta por el Papa León XIII puede ser cantada por todos los fieles y puede prevenir la posesión y proteger a aquellos que han sido blanco del maligno.

San Miguel Arcángel
San Miguel Arcángel. Foto por Anna Sulencka en Pixabay.

Sólo hablamos de la forma abreviada del Ritual Romano, que se publicó en 1902:

San Miguel Arcángel, glorioso Príncipe de las Huestes Celestiales, protégenos en nuestra batalla contra los principados y fuerzas infernales, los gobernantes de este reino de las tinieblas y los espíritus del mal en el aire. Ven en ayuda del pueblo que Dios creó a su imagen y que compró a tan alto precio de la opresión de Satanás. Al fin y al cabo, tú eres el patrón de la santa Iglesia, y el Señor te ha confiado la salvación de las almas para que las conduzcas a la felicidad celestial. Intercede ante el Dios de la paz para que aplaste a Satanás bajo sus pies, de modo que no pueda seguir esclavizando a las personas y destruyendo la Iglesia. Lleva nuestras oraciones ante el Altísimo, para que podamos recibir la misericordia del Señor lo antes posible. Tomad al dragón, la vieja serpiente, que no es otro que el diablo, Satanás, y enviadlo al infierno, atado con cadenas, para que no pueda engañar más al género humano.

Desde la profecía y el exorcismo de León XIII, está más claro que nunca el significado de los acontecimientos que tienen lugar a nuestro alrededor. Las guerras interminables, el sufrimiento, la perpetua distorsión de la verdad que hemos aprendido a aceptar como habitual, todo ello necesita una intervención. Es por ello que los cristianos piden a San Miguel Arcángel Arcángel, cada 29 de septiembre, para que les proteja de todo el mal del mundo.